domingo, 4 de diciembre de 2011

"¿Por qué hay que ser bueno?"

Dicen que la bondad es la disposición permanente a hacer el bien, de manera amable, generosa y firme. Las personas bondadosas siente un gran respeto por sus semejantes, y se preocupan por su bienestar.
Si alguien no está en buena situación y necesita ayuda, el bondadoso no duda en ofrecérsela, y lo hace sin ofender, amorosamente y poniendo un gran interés en ello.
Ser bueno no quiere decir blando, sumiso, ingenuo o sin carácter, como a veces se cree.
Al contrario: los buenos se distinguen por su fuerte personalidad, la cual se traduce en inagotables dosis de energía y optimismo, y se refleja en su cálida sonrisa y los sentimientos de confianza, cariño y respeto que infunden a su alrededor.
El que no es bueno es incapaz de sentir compasión y ve a los demás como rivales o enemigos en potencia, a los que sería una imprudencia ayudar, y de los que hay que cuidarse en extremo.
Se siente más seguro cultivando la desconfianza, el rencor y el odio que la simpatía o la amistad, y prefiere anular o destruir a sus semejantes que conocerlos o dialogar con ellos, a menos que pueda sacar algo para su propio provecho.
La falta de bondad nos deshumaniza y nos convierte en personas indeseables e insensibles, con las que la vida en comunidad se torna difícil e incluso peligrosa.
Desde pequeños nos han dicho que hacer, lo que está bien y lo que está mal, así que ya desde que nacemos vamos con la idea de que tenemos que ser buenas personas para llegar lejos en la vida, para tener a tu alrededor gente que verdaderamente te quiere por como eres y que te apoya en todo momento. Todo el mundo quiere a alguien así en su vida, para que engañarnos.
Todos sentimos empatía, esa capacidad de ponernos en el lugar del otro, sí. Hay gente que disfruta haciendo daño y hay otra que no se lo puede perdonar, vive con ello, y nunca llegará a ser feliz del todo por haber hecho sufrir a otra persona. Eso diferencia a las personas.
En esta vida nos vamos a cruzar con mucha gente, que nos van marcan tanto para bien como para mal, esa es la realidad.
Nadie es perfecto todos sabemos que nuestros actos tienen consecuencias, y que a veces nuestras decisiones pueden hacer daño a otras personas, y aún así lo hacemos, por sentimientos, nuestros pensamientos, sea cual sea el motivo a veces realizamos malos actos..
¿Quién no ha hecho daño alguna vez a alguien? Yo creo todo el mundo alguna vez sin querer o queriendo ha herido a una persona, y puede que nos arrepintamos o no, depende de cada cuál.
La verdad es que yo me siento bien conmigo misma cuando ayudo alguien, esa sensación de bienestar de que haces bien las cosas, estás siguiendo un buen camino, ayudar a los demás en lo que puedas, saber compartir.
Por eso quiero seguir así, como hasta ahora, puede que me equivoque mil veces o no, pero seré yo la que decidiré que hacer, la que tome la decisión.

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